Como sabéis los
que habéis seguido mi historia desde el comienzo, en el blog SOMOS ALMAS GEMELAS, hace ya unos cuantos años que empecé a sentir la presencia del etérico
de mi alma gemela, de Orel. Fueron momentos muy bonitos, aunque también duros, de descubrimiento de
cosas nuevas a nivel espiritual, pero cosas que no tenía con quien compartir.
Al comenzar a exponer mis vivencias en el blog citado, para mi sorpresa, y
también para mi alegría, me encontré con personas que vivían también la
presencia de “un etérico” en sus vidas. ¿Cómo explicar lo que se vive con un
etérico a alguien que no lo ha experimentado? Es algo casi imposible.
Con el paso del
tiempo me rodeé de algunas personas que sí tenían esas vivencias tan
inverosímiles, y la palabra etérico entró a formar parte de mi vocabulario
habitual y de las conversaciones con las amigas nuevas que había hecho, mujeres
que, como yo, vivían esas experiencias.
Busqué literatura
que hablara sobre dicho tema, pero no encontré nada. Hace tan solo unos años
había muy poco escrito sobre este tema de las almas gemelas, y menos sobre la
vivencia con un etérico. Hace un tiempo, las “casualidades” hicieron que llegara a mí un libro titulado “La torre
inalcanzable”. Aunque a simple vista no parecía que el libro tratase de almas
gemelas, cual fue mi sorpresa al descubrir que ese libro, no solo contenía una
hermosa historia de amor entre dos almas gemelas que traspasaba la distancia y
el tiempo, sino que narraba situaciones de la vida cotidiana y
vivencias espirituales vividas con un etérico muy similares a las que yo vivía. Ese
libro significó mucho para mí, me sentí totalmente identificada y eso me hizo
sentir mucho alivio. La gran diferencia del caso narrado con el mío es que en el libro se cuenta el contacto de dos almas gemelas cuando una de ellas ya había fallecido.
Aura
7-8-14